Está la vía de conseguir ayudas, de tener esperanzas, de buscar la salvación y la felicidad.
Está la vía de liberarse de los deseos, de confiar en la propia naturaleza, de buscar la armonía y la fusión con el Universo a través de lo que nos muestra la conciencia.
Ambas vías tienen sus muy capacitados defensores y sus bien elaborados argumentos. En las energías, en la actitudes y en los comportamientos de cada persona se puede ver el reflejo de la afinidad que tiene con cada una de ellas.
Quien ve ésto con sencillez desde lejos, ve con claridad lo que él lleva dentro.
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