Frente al flujo natural de la vida, muchos seres vivos recurren a diferentes artificios, tales como los pájaros que hacen nidos. Pero se trata de artificios que no alteran el ritmo natural de la vida ni del planeta.
El Hombre es el ser vivo que más basa su vida en multitud de artificios, y de ésta manera ha alterado fuertemente los ritmos de la vida y ha transformado fuertemente el planeta, y empieza a intentar dominar el espacio exterior.
Unas de las consecuencias de lo anterior, es que unas especies de seres vivos se han extinguido y siguen extinguiéndose, otras han reducido su número, y otras lo han aumentado.
Aunque en el pasado se extinguieron muchas especies sin que interviniera el Ser Humano, a medida que el Hombre ha ido aumentando su dominio sobre los seres vivos, se extinguen y reducen su número aquellos que son vistos por el Hombre como peligrosos, como un obstáculo, y aquellos a los que no encuentra ninguna utilidad.
Aumentan su número los seres a los que el Hombre encuentra utilidades y facilidades. Y a veces aumentan su númeero aquellos que saben aprovechar las condiciones creadas por el Hombre.
Una de las respuestas adaptativas de muchos seres vivos es aprovechar para sobrevivir y para prosperar, los artificios creados por el Hombre, sobre todo cuando el Hombre deja de usarlos. De ésta manera, cuando el Hombre no interviene, los seres vivos recuperan de manera natural aquello que el artificio del Hombre les había quitado.
A pesar del papel que el Hombre está jugando en la vida, en el planeta, y en el espacio exterior, el Hombre tiene el potencial necesario para ser sabio.
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