El Tao nos da la vida y las oportunidades, de nosotros depende como usar ambas cosas.
Los líquenes están compuestos por una asociación libre entre una alga y un hongo. Ambos aprovechan las oportunidades que les da el otro. Los líquenes prosperan aprovechando las oportunidades que les dan las piedras que encuentran, y también el sol, el aire y el agua que les llegan. Allí donde la vida halla una oportunidad, por pequeña que ésa sea, la aprovecha enseguida.
A su vez, los líquenes sirven de oportunidad a otros muchos seres vivos, los cuales a su vez sirven de oportunidad a otros, y así sucesivamente. Las plantas aprovechan el suelo fértil creado por los líquenes al morir y al romper las piedras, y sus troncos sirven de oportunidad a los líquenes.
Éste eficaz aprovechamiento de las oportunidades nos muestra la enorme voluntad de vivir de todos los seres vivos, y tal vez por ello cueste tanto aceptar la muerte. Para ésta aceptación tenemos como aliadas a la espiritualidad, a nuestra propia decadencia, y la toma de conciencia que alcanzamos de ella.
Por su parte, la sociedad nos ofrece muchas oportunidades a través de su marco general y de nuestras capacidades. Tal vez por ello a los seres humanos actuales nos cuesta tanto aceptar los fracasos, las frustraciones y el dolor. Para ésta aceptación contamos con las mismas aliadas que para aceptar la muerte.
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