ARMONÍA (WU WEI)
Tengamos en cuenta que el concepto wu wei no tiene traducción posible en los idiomas occidentales, los cuales han optado por el concepto de no-hacer, de no-forzar, es decir, wu wei es permitir que las cosas sigan su curso natural y actuar en consecuencia.
"Practica el no-hacer
y todo ocupará su propio lugar"
(Tao Te King, Cap. 3)
Así, la Naturaleza es la gran maestra para el camino espiritual orientado a la armonía, pues la armonía es con Ella. Todo es naturaleza, y hemos de tener en cuenta que los seres humanos no vivimos en la Naturaleza, sino que también somos naturaleza, y que por lo tanto, estamos regidos por las mismas leyes que Ella. Creernos separados de la Naturaleza, es el primer error de percepción del Ser Humano.
Error, que aunque a primera vista cueste percatarse, es la causa de todo el sufrimiento que los seres humanos nos causamos los unos a los otros, y de todo el sufrimiento que el hecho de vivir nos produce a cada uno de nosotros.
Hemos de tener en cuenta que el dolor y el sufrimiento no son lo mismo. El sufrimiento es la no aceptación del dolor. Cuando el dolor no es natural hay que evitarlo, pero cuando el dolor forma parte del devenir natural de la vida, entonces hay que aprender a aceptarlo si queremos liberarnos.
Pasemos ahora al Tao Te King, el cual en su capítulo 2 nos dice:
"Cuando contemplamos algo y lo vemos bello,
algo, en cambio, resulta feo.
cuando contemplamos algo y lo vemos bueno,
algo, en cambio, resulta malo."
Siempre persiguiendo lo bello y lo bueno, pero al hacerlo aparecen lo feo y lo malo. Por otro lado, existe la lucha porque todo sea bello y porque todo sea bueno, pero es una lucha perdida, pues lo bello crea a lo feo y lo bueno a loo malo.
El deseo de que todo nos resulte bello y bueno es un deseo desarmónico, pues implica el intento de conseguir un mundo a la medida de nuestros deseos, es decir, como no aceptamos lo natural, queremos un mundo hecho a nuestra medida, y ese deseo crea sufrimiento, el que le causamos a los demás, y el que nos causamos a nosotros mismos al no aceptar lo natural.
Por otro lado, y a pesar de todo lo que dicen las religiones y los moralistas, eso a lo que llamamos bueno es, simplemente, todo aquello que nos facilita la consecución de nuestros deseos, y aquello a lo que llamamos malo, es aquello que obstaculiza el que podamos conseguir lo que deseamos, por lo tanto, dejemos de luchar por derrotar a lo malo, que la derrota y la frustración son seguras.
******************
En nuestra sociedad hay dos aspectos desarmónicos fundamentales, pero a los que prestamos poca atención, pues los consideramos como algo normal: la admiración por los triunfadores y el deseo de posesiones:
"Si sobrestimas a los grandes personajes
la gente se torna incapaz.
si sobrevaloras las posesiones
la gente comienza a robar."
La admiración por los grandes personajes es una forma de entregarles nuestro poder, de dejar que sean ellos los que decidan por nosotros, de esperar de ellos las soluciones a nuestros problemas, de que sean ellos los que construyan un mundo a la medida de nuestros deseos.
Todo el mundo critica la corrupción, y todo el mundo lo achaca a la inmoralidad de los corruptos, sin embargo, mientras se sobrevaloren las posesiones y el dinero, habrá corrupción, pues el ambicioso que no los pueda obtener por la vía legal y moral, se sentirá tentado a recurrir a la corrupción o a la delincuencia. No se trata de un problema moral, se trata del deseo. No existen ni el mal ni la inmoralidad, existen deseos más o menos fuertes de conseguir cosas. Cuando el deseo es muy fuerte no hay moralidad que lo resista.
La armonía comienza por la sencillez:
"Al morar, vive cerca del suelo.
Al pensar, mantente en lo simple.
En el conflicto, sé considerado y generoso.
Al gobernar, no intentes controlar.
Al trabajar haz lo que disfrutes.
En la vida familiar, permanece plenamente presente."
(Tao Te King, Cap. 8)
"Llena tu cuenco hasta el borde
y acabará rebosando.
Afila de continuo el cuchillo
y lo hallarás romo.
Persigue el dinero y la seguridad
y tu corazón jamás podrá liberarse."
(Tao Te King, Cap. 9)
La sencillez no requiere comentarios complejos, ella es generadora de serenidad, y la serenidad es la madre de la verdadera sabiduría.
La sencillez comienza como una forma de vida, la serenidad es la que nos puede mostrar el camino para que podamos tener una respuesta afirmativa a las siguientes preguntas:
"¿Puedes disuadir a tu mente de su vagabundeo
y permanecer en la unidad original?
¿Puedes limpiar tu visión interior
hasta ver sólo la luz?
¿Puedes amar a la gente y guiarla
sin imponer tu voluntad?
¿Puedes afrontar los asuntos más vitales
dejando que los eventos sigan su curso?
¿Puedes distanciarte de tu propia mente
para así comprenderlo todo?
(Tao Te King, Cap. 10)
A estas alturas, es posible que pensemos que todo esto es muy difícil de poner en práctica, y yo creo que, efectivamente, es muy difícil. Ahora bien, a mi modo de ver, mucho más difícil es conseguir el bienestar anhelado renunciando a este camino, y no olvidemos que, hagamos lo que hagamos, aunque no hagamos nada, siempre estamos siguiendo un camino.
Por otro lado, no se trata de una lucha para alcanzar metas, ni siquiera para vencernos a nosotros mismos, se trata de la sencillez y de la armonía en los pasos cotidianos que damos, al fin y al cabo, son pocas las cosas que realmente valen la pena, y todas ellas se consiguen sin lucha:
"Dar nacimiento y nutrir,
tener sin poseer,
actuar sin expectativas,
dirigir sin controlar:
esta es la suprema virtud."
(Tao Te King, Cap. 10)
Nuestra sociedad es desarmónica, tanto por los objetivos que persigue, como por las formas de conseguirlos. La naturalidad, la espontaneidad, están mal vistas, pues se considera que seguir las normas establecidas y emplear el ingenio es más valioso, y que ocultar los pensamientos y las intenciones es más prudente, sin embargo, Lao Tse nos dice lo siguiente:
"Exprésate completamente;
después guarda silencio.
Sé como las fuerzas de la naturaleza:
cuando sopla el viento, sólo hay viento;
cuando llueve, sólo hay lluvia;
cuando pasan las nubes, brilla el sol.
Ábrete al Tao,
después confía en tus respuestas naturales
y todo encajará en su sitio."
(Tao Te King, Cap. 23)
Hoy día, todo artificio parte de la idea comúnmente aceptada de que la felicidad es lo más importante, y que para conseguirla, se trata de alcanzar nuestros anhelos, pero estos anhelos son casi siempre desarmónicos, y el camino que seguimos para conseguirlos también. Ante esto, Lao Tse nos dice:
"Si los hombres y las mujeres poderosos
pudieran centrarse en el Tao,
todo el mundo se transformaría
por sí mismo a su ritmo natural.
Las gentes estarían contentas
con su vidas simples y cotidianas,
en armonía y libres de deseos.
Cuando no hay deseo
todo está en paz"
(Tao Te King, Cap. 37)
Los poderosos son los que crean y organizan la sociedad, y los demás somos meros peones a su servicio. Al hacer de peones no podemos dedicarnos a vivir conforme a nuestra verdadera naturaleza. Así, si los poderosos armonizaran con el Tao, todos podríamos armonizar.
Supongo que no somos tan ingenuos como para pensar que a los poderosos les interesa armonizar con el Tao. Ahora bien, ¿de dónde obtienen los poderosos su poder? El poder que tienen se lo entregamos nosotros con nuestros deseos de seguridad y de placeres, con nuestras ambiciones, con nuestra admiración hacia los triunfadores, y además, nuestro deseo de conseguir todo eso produce conflictos con los demás, y creemos que necesitamos a los poderosos para que pongan orden en esos conflictos, para que no nos estemos matando continuamente.
Lao Tse tampoco era un ingenuo respecto a los poderosos, él se basaba en la tradición de la China antigua respecto al emperador, el cual tenía como papel fundamental conseguir la bendición del Cielo para todo el país a través de su buen comportamiento personal. Así, si los poderosos eran armónicos, el Cielo daba sus dones a toda la sociedad. Esta tradición tenía también una consecuencia revolucionaria: Cuando las cosas iban mal, la gente pensaba que el emperador había perdido el favor del Cielo debido a su mal comportamiento personal y muchas veces se iniciaban rebeliones, algunas de las cuales destronaban al emperador.
Veamos de nuevo las última palabras del Tao Te King respecto al deseo:
"Cuando no hay deseo
todo está en paz."
Para Lao Tse, la palabra deseo significaba desarmonía, cuando
el deseo es natural dice que no hay deseo. Así, la paz sólo es posible en un mundo sin deseos desarmónicos.
Tal vez los conceptos más conocidos de la cultura tradicional china sean el yin y el yang, todos conocemos su símbolo.
"Todo tiene a su espalda lo femenino yin,
y se yergue encarnando lo masculino yang.
Cuando lo masculino y lo femenino se encuentran
todo adquiere armonía."
(Tao Te King, Cap. 42)
El yin y el yang no sólo simbolizan a lo femenino y a lo masculino, simbolizan las dos partes fundamentales de cada cosa: frío y calor, arriba y abajo, luz y oscuridad, etc.
En la tradición china, el Tao es el origen de todo, es el Uno, pero para crear se divide en dos, el yin y el yang, y ellos dan lugar a todos los seres. Pero el yin y el yang tienen un simbolismo más profundo: significan que las cosas armonizan cuando se unen sus dos partes fundamentales, partes que tienen la misma importancia, partes que son complementarias la una de la otra.
En nuestra cultura también distinguimos entre dos principios: el bien y el mal, el placer y el dolor, lo bello y lo feo, lo positivo y lo negativo.... Sin embargo, nosotros consideramos que las cosas sólo funcionan bien cuando el bien derrota al mal, cuando el placer es más fuerte que el dolor, cuando lo bello predomina sobre lo feo, y cuando lo positivo vence a lo negativo.
Así, en nuestra cultura buscamos el poder para dominar a lo opuesto, en el taoísmo se busca la armonía, y se hace empezando por considerar que no hay opuestos, sino complementarios, como por ejemplo lo femenino y lo masculino.
"Cuando contemplamos algo y lo vemos bello,
algo, en cambio, resulta feo.
cuando contemplamos algo y lo vemos bueno,
algo, en cambio, resulta malo."
Siempre persiguiendo lo bello y lo bueno, pero al hacerlo aparecen lo feo y lo malo. Por otro lado, existe la lucha porque todo sea bello y porque todo sea bueno, pero es una lucha perdida, pues lo bello crea a lo feo y lo bueno a loo malo.
El deseo de que todo nos resulte bello y bueno es un deseo desarmónico, pues implica el intento de conseguir un mundo a la medida de nuestros deseos, es decir, como no aceptamos lo natural, queremos un mundo hecho a nuestra medida, y ese deseo crea sufrimiento, el que le causamos a los demás, y el que nos causamos a nosotros mismos al no aceptar lo natural.
Por otro lado, y a pesar de todo lo que dicen las religiones y los moralistas, eso a lo que llamamos bueno es, simplemente, todo aquello que nos facilita la consecución de nuestros deseos, y aquello a lo que llamamos malo, es aquello que obstaculiza el que podamos conseguir lo que deseamos, por lo tanto, dejemos de luchar por derrotar a lo malo, que la derrota y la frustración son seguras.
******************
En nuestra sociedad hay dos aspectos desarmónicos fundamentales, pero a los que prestamos poca atención, pues los consideramos como algo normal: la admiración por los triunfadores y el deseo de posesiones:
"Si sobrestimas a los grandes personajes
la gente se torna incapaz.
si sobrevaloras las posesiones
la gente comienza a robar."
La admiración por los grandes personajes es una forma de entregarles nuestro poder, de dejar que sean ellos los que decidan por nosotros, de esperar de ellos las soluciones a nuestros problemas, de que sean ellos los que construyan un mundo a la medida de nuestros deseos.
Todo el mundo critica la corrupción, y todo el mundo lo achaca a la inmoralidad de los corruptos, sin embargo, mientras se sobrevaloren las posesiones y el dinero, habrá corrupción, pues el ambicioso que no los pueda obtener por la vía legal y moral, se sentirá tentado a recurrir a la corrupción o a la delincuencia. No se trata de un problema moral, se trata del deseo. No existen ni el mal ni la inmoralidad, existen deseos más o menos fuertes de conseguir cosas. Cuando el deseo es muy fuerte no hay moralidad que lo resista.
La armonía comienza por la sencillez:
"Al morar, vive cerca del suelo.
Al pensar, mantente en lo simple.
En el conflicto, sé considerado y generoso.
Al gobernar, no intentes controlar.
Al trabajar haz lo que disfrutes.
En la vida familiar, permanece plenamente presente."
(Tao Te King, Cap. 8)
"Llena tu cuenco hasta el borde
y acabará rebosando.
Afila de continuo el cuchillo
y lo hallarás romo.
Persigue el dinero y la seguridad
y tu corazón jamás podrá liberarse."
(Tao Te King, Cap. 9)
La sencillez no requiere comentarios complejos, ella es generadora de serenidad, y la serenidad es la madre de la verdadera sabiduría.
La sencillez comienza como una forma de vida, la serenidad es la que nos puede mostrar el camino para que podamos tener una respuesta afirmativa a las siguientes preguntas:
"¿Puedes disuadir a tu mente de su vagabundeo
y permanecer en la unidad original?
¿Puedes limpiar tu visión interior
hasta ver sólo la luz?
¿Puedes amar a la gente y guiarla
sin imponer tu voluntad?
¿Puedes afrontar los asuntos más vitales
dejando que los eventos sigan su curso?
¿Puedes distanciarte de tu propia mente
para así comprenderlo todo?
(Tao Te King, Cap. 10)
A estas alturas, es posible que pensemos que todo esto es muy difícil de poner en práctica, y yo creo que, efectivamente, es muy difícil. Ahora bien, a mi modo de ver, mucho más difícil es conseguir el bienestar anhelado renunciando a este camino, y no olvidemos que, hagamos lo que hagamos, aunque no hagamos nada, siempre estamos siguiendo un camino.
Por otro lado, no se trata de una lucha para alcanzar metas, ni siquiera para vencernos a nosotros mismos, se trata de la sencillez y de la armonía en los pasos cotidianos que damos, al fin y al cabo, son pocas las cosas que realmente valen la pena, y todas ellas se consiguen sin lucha:
"Dar nacimiento y nutrir,
tener sin poseer,
actuar sin expectativas,
dirigir sin controlar:
esta es la suprema virtud."
(Tao Te King, Cap. 10)
Nuestra sociedad es desarmónica, tanto por los objetivos que persigue, como por las formas de conseguirlos. La naturalidad, la espontaneidad, están mal vistas, pues se considera que seguir las normas establecidas y emplear el ingenio es más valioso, y que ocultar los pensamientos y las intenciones es más prudente, sin embargo, Lao Tse nos dice lo siguiente:
"Exprésate completamente;
después guarda silencio.
Sé como las fuerzas de la naturaleza:
cuando sopla el viento, sólo hay viento;
cuando llueve, sólo hay lluvia;
cuando pasan las nubes, brilla el sol.
Ábrete al Tao,
después confía en tus respuestas naturales
y todo encajará en su sitio."
(Tao Te King, Cap. 23)
Hoy día, todo artificio parte de la idea comúnmente aceptada de que la felicidad es lo más importante, y que para conseguirla, se trata de alcanzar nuestros anhelos, pero estos anhelos son casi siempre desarmónicos, y el camino que seguimos para conseguirlos también. Ante esto, Lao Tse nos dice:
"Si los hombres y las mujeres poderosos
pudieran centrarse en el Tao,
todo el mundo se transformaría
por sí mismo a su ritmo natural.
Las gentes estarían contentas
con su vidas simples y cotidianas,
en armonía y libres de deseos.
Cuando no hay deseo
todo está en paz"
(Tao Te King, Cap. 37)
Los poderosos son los que crean y organizan la sociedad, y los demás somos meros peones a su servicio. Al hacer de peones no podemos dedicarnos a vivir conforme a nuestra verdadera naturaleza. Así, si los poderosos armonizaran con el Tao, todos podríamos armonizar.
Supongo que no somos tan ingenuos como para pensar que a los poderosos les interesa armonizar con el Tao. Ahora bien, ¿de dónde obtienen los poderosos su poder? El poder que tienen se lo entregamos nosotros con nuestros deseos de seguridad y de placeres, con nuestras ambiciones, con nuestra admiración hacia los triunfadores, y además, nuestro deseo de conseguir todo eso produce conflictos con los demás, y creemos que necesitamos a los poderosos para que pongan orden en esos conflictos, para que no nos estemos matando continuamente.
Lao Tse tampoco era un ingenuo respecto a los poderosos, él se basaba en la tradición de la China antigua respecto al emperador, el cual tenía como papel fundamental conseguir la bendición del Cielo para todo el país a través de su buen comportamiento personal. Así, si los poderosos eran armónicos, el Cielo daba sus dones a toda la sociedad. Esta tradición tenía también una consecuencia revolucionaria: Cuando las cosas iban mal, la gente pensaba que el emperador había perdido el favor del Cielo debido a su mal comportamiento personal y muchas veces se iniciaban rebeliones, algunas de las cuales destronaban al emperador.
Veamos de nuevo las última palabras del Tao Te King respecto al deseo:
"Cuando no hay deseo
todo está en paz."
Para Lao Tse, la palabra deseo significaba desarmonía, cuando
el deseo es natural dice que no hay deseo. Así, la paz sólo es posible en un mundo sin deseos desarmónicos.
Tal vez los conceptos más conocidos de la cultura tradicional china sean el yin y el yang, todos conocemos su símbolo.
"Todo tiene a su espalda lo femenino yin,
y se yergue encarnando lo masculino yang.
Cuando lo masculino y lo femenino se encuentran
todo adquiere armonía."
(Tao Te King, Cap. 42)
El yin y el yang no sólo simbolizan a lo femenino y a lo masculino, simbolizan las dos partes fundamentales de cada cosa: frío y calor, arriba y abajo, luz y oscuridad, etc.
En la tradición china, el Tao es el origen de todo, es el Uno, pero para crear se divide en dos, el yin y el yang, y ellos dan lugar a todos los seres. Pero el yin y el yang tienen un simbolismo más profundo: significan que las cosas armonizan cuando se unen sus dos partes fundamentales, partes que tienen la misma importancia, partes que son complementarias la una de la otra.
En nuestra cultura también distinguimos entre dos principios: el bien y el mal, el placer y el dolor, lo bello y lo feo, lo positivo y lo negativo.... Sin embargo, nosotros consideramos que las cosas sólo funcionan bien cuando el bien derrota al mal, cuando el placer es más fuerte que el dolor, cuando lo bello predomina sobre lo feo, y cuando lo positivo vence a lo negativo.
Así, en nuestra cultura buscamos el poder para dominar a lo opuesto, en el taoísmo se busca la armonía, y se hace empezando por considerar que no hay opuestos, sino complementarios, como por ejemplo lo femenino y lo masculino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario